¿Ha tenido un accidente el coche que vas a comprar?

Uno de los mayores miedos a la hora de comprar un coche de segunda mano es, junto el estado del motor, conocer si el vehículo que estamos interesados en comprar ha sufrido algún accidente con anterioridad.

En la mayoría de los casos lo más importante no es saber si el coche ha tenido un accidente, sino que éste haya sido bien reparado. Un golpe mal reparado puede tener consecuencias nefastas en nuestro coche ya que puede afectar a elementos como la dirección, la estabilidad e incluso la seguridad.

Vamos a descubrir como podemos conocer si el vehículo que pretendemos comprar ha sufrido algún tipo de golpe o accidente. Debemos prestar mucha atención a la pintura, los puntos de soldadura, las marcas de las ventanillas y las holguras de las puertas.

En un primer momento seguramente nos dará la impresión de que el coche que tenemos ante nosotros se encuentra en perfecto estado y que ha sido cuidado al máximo, sin haber sufrido nunca ningún accidente.

Para comprobar si ha tenido algún golpe revisaremos a fondo la pintura del coche. Observaremos si la pintura del coche es completamente uniforme o si tiene algunas zonas pintadas. En caso de que el vehículo haya sido pintado más de una vez, el grosor de la pintura será mayor que con la pintura de origen.

Sin embargo, hoy en día, gracias a la tecnología y las técnicas de reparación existentes, es muy difícil poder comprobar si el vehículo que tenemos ante nosotros ha sido reparado de un accidente.

Si ha sido necesario sustituir alguna pieza del coche, por ejemplo sustituir parcialmente un aleta trasera, podemos comprobar que las nuevas soldaduras del vehículo tienen un acabado peor que las originales. Además, también podemos llegar a descubrir la zona exacta por la que se ha tenido que cortar la chapa del coche donde se ha hecho la nueva unión.

En caso de que el coche haya llevado un golpe muy importante lo podremos ver reflejado en el número de chasis. Por ejemplo, si se ha tenido que cambiar la carrocería del coche, el número de chasis estará retroquelado y será distinto al original ya que, se suele añadir una marca o una numeración en estos casos.

Al abrir el capó, o cualquier otra parte del coche, nos podemos fijar en los tornillos que unen las aletas con la carrocería. En caso de observar que dichos tornillos tengan marcas de herramientas, es síntoma de que han sustituido o reparado las aletas.

Otro punto que debemos comprobar son los pases de rueda, que podemos revisar con una linterna para comprobar si, por ejemplo, ha sido pintado el coche ya que, en muchos casos, aquí nos podemos encontrar restos de pintura.

Tampoco nos podemos olvidar de las holguras de las puertas y también la separación que puede haber entre las distintas piezas del coche. En caso de encontrar alguna irregularidad, lo más probable es que el vehículo haya sufrido algún accidente.

Aunque el coche se encuentre aparente perfectamente pintado, debemos revisarlo en profundidad. Un coche pintado con posterioridad puede tener fallos en la pintura tales como piel de naranja o polvo en la propia pintura, por lo que es un claro síntoma de que el coche que tenemos ante nosotros se encuentra pintado.

Si encontramos cualquiera de estas cosas en el vehículo en el que estamos interesados no quiere decir que se encuentre en mal estado o nos vaya a dar problemas. Simplemente es una forma de conocer su estado y, de esta forma, podemos negociar un poco el precio de venta con el vendedor.